El fieltro (namad, en farsi) ha acompañado la vida de los nómadas en una vasta zona geográfica, incluyendo Turkmenistán, Irán, Uzbekistán, Kazajstán, Kirguistán y Afganistán, durante miles de años.
El fieltro es un material producido mediante el proceso de fieltrado, el entrelazamiento de fibras animales en todas direcciones, realizado adecuadamente para formar una masa suave y homogénea. La técnica se ideó originalmente en comunidades nómadas de Asia Central y se extendió hacia China y el mundo griego mucho antes del siglo III a. C., pero durante largo tiempo se limitó al continente asiático. Fue a raíz de la fascinación de los movimientos de vanguardia por las artes llamadas «primitivas» cuando el carácter arcaico y misterioso de los patrones del fieltro despertó el interés de artistas, coleccionistas y diseñadores de interiores.